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Hace apenas tres años, hablar de Imperio o de imperialismo en
nuestra Agenda hubiera sonado a vocabulario de los años 70... Hoy
día ese tema y esos conceptos son las categorías más
socorridas y debatidas por los principales analistas internacionales a
la hora de describir y definir la coyuntura internacional que atravesamos.
No estamos en los años 70, ni esas palabras pueden significar
superficialmente lo mismo que entonces. Pero estamos, sin la menor duda,
en un «nuevo» imperio, o en una «nueva fase» de
imperialismo, y hay que atreverse a decirlo y a decíroslo a nosotros
mismos, aunque todos preferiríamos «no dar crédito
a lo que vemos». Como en el viejo cuento de Andersen -y en el cuento
más antiguo de don Juan Manuel, del Conde Lucanor-, el rey está
desnudo, y sólo la inocencia de los niños y la libertad
de los pobres que no tienen nada que perder, son capaces de decirnos a
todos la verdad de lo que de hecho vemos. Niña y pobre, nuestra
Agenda quiere sumarse a esta tarea urgente de contribuir al «otro
mundo posible», «desnudando al nuevo imperio», diciendo
en voz alta, con tantos otros, lo que el mundo entero ve y no quiere aceptar.
La introducción de Pedro Casaldáliga, como siempre, inicia
la Agenda y presenta el tema, el enfoque de este año. El elenco
de los aniversarios martiriales mayores del año 2005, la referencia
especial a Mons. Romero en el 25† aniversario de su martirio, la relación
de premios otorgados por las convocatorias del año pasado, y las
nuevas convocatorias para el 2006, completan la entrada de la Agenda.
Imperturbablemente fieles a la metodología latinoamericana, comenzamos
con el VER la realidad, tanto con simples datos descriptivos (Molas) como
con el tradicional «análisis de coyuntura» del maestro
Comblin. La historia reciente del Imperio y un elenco parcial de las invasiones
de EEUU a A.L. completan ese VER inicial.
La sección del JUZGAR la iniciamos con un planteamiento teórico
sobre el imperialismo (Houtart) y su filosofía (Hoornaert), juzgando
a continuación ese imperio desde todos los aspectos que nos es
posible: económico (Arruda), monetario (Lambert), ecológico
(Boff), lingüístico (González) y militar (Matthews).
Pasamos después a aspectos más concretos: sus instituciones
internacionales (Etchegoyen), el ALCA (Bassegio), las simientes transgénicas
(Martins), el trabajo esclavo (Stédile), el consumo (Galeano),
la información (Hartmann), la tradición religiosa de EEUU
(Horsley), el pasado imperial del cristianismo (Velasco), la necesidad
de conjugar identidad local y vivencia mundial (Faus), la memoria como
victoria frente al imperio (De la Serna) y el machismo del imperio (Irene
De León).
Todo ello nos lleva al ACTUAR. Afortunadamente, frente al imperio hay
mucha resistencia, mucha alter-natividad, mucho movimiento. Houtart nos
recoge su historia y su situación actual. Whitaker nos presenta
el prometedor movimiento de los Foros Sociales Mundiales. Jan Hartman,
la «economía solidaria». Nossa América nos plantea
la pregunta por la revolución actual posible en AL. Susan George
nos anima a resistir con esperanza concreta cotidiana. Chittister desde
el corazón del imperio escribe una sentida «carta a los hermanos/as
de América Latina». León-Portilla se pregunta dónde
están actualmente los profetas. Sobrino nos presenta el antiimperialismo
como espirtitualidad necesaria. Se presentan también varias experiencias
de movimientos profesionales «de liberación». Yo mismo
trato de poner una palabra de balance y conclusión.
Concluye la Agenda con las secciones habituales finales: los premios
concedidos en las categorías de «Cuento corto latinoamericano»
y «Páginas neobíblicas», el anuncio de varias
novedades editoriales relacionadas con esta agenda, más el elenco
actualizado de los «Servicios Koinonía», y el infaltable
«Punto de encuentro» con los lectores que quieren participar...
cierran la obra.
Como se ve, hay un itinerario ideológico en este índice
de la Agenda, lo que no obstará para que sus textos puedan ser
leídos en otro orden, a conveniencia del lector.
Como otros años, muchos de los autores han sentido necesidad de
expresarse más extensamente que lo que permiten los estrechos límites
de dos páginas de papel. Sus textos, más amplios, sin limitación,
están disponibles en la página de la Agenda en la red de
internet (en castellano, en portugués y en catalán). Así
conjuntamos el papel y la telemática para que los textos puedan
ser tomados y acomodados a la necesidad de cada comunidad o grupo antes
de imprimirlos y repartirlos como material de trabajo en la reunión
de grupo, en el aula, o en la sesión de educación popular.
Más allá de este único contacto anual que es la
edición de la Agenda de papel, solemos comunicarnos a través
del servidor de lista «Novedades Koinonía» (gratuito)
con quienes se suscriben (puede
hacerlo aquí). También nos comunicamos a través
del portal de los Servicios Koinonía
y de la Agenda Latinoamericana.
Ésos serán nuestros lugares de encuentro y de cita permanente
durante el año.
La Agenda del próximo año 2006 tendrá como tema
central, en principio, la información hoy, tal vez junto con los
fundamentalismos (todos, también los nuestros...). Es decir ese
mundo tan manipulable del conocimiento y de la información. Esperamos
los aportes que ustedes nos quieran hacer ustedes.
Fraternal/sororalmente,
José María Vigil
Uso pedagógico de la agenda
Además de para uso personal, esta Agenda está pensada como
un instrumento pedagógico para comunicadores, educadores populares,
agentes de pastoral, animadores de grupos, militantes...
Los textos son siempre breves y ágiles, presentados bajo la concepción
pedagógica de la «página-cartel», pensada y
diagramada de forma que, directamente fotocopiada, pueda ser entregada
como «material de trabajo» en la escuela, en la reunión
de grupo, en la alfabetización de adultos... o expuesta en el tablón
de anuncios. También, para que esos textos puedan ser transcritos
en el boletín de la asociación o la revista del lugar.
La presentación de los textos se rige por un criterio «económico»
que sacrifica una posible estética de espacios blancos e ilustraciones
en favor de un mayor volumen de mensaje. La falta de mayores espacios
blancos para anotaciones (para poder mantener su precio popular) puede
ser suplida por la adición de páginas adhesivas. También
puede añadírsele una cinta como registro, e írsele
cortando la esquina de la hoja de cada día para una localización
instantánea de la semana en curso.
Ecumenismo
Esta agenda intenta un «ecumenismo de suma», no «de
resta». Por eso no elimina lo propio de católicos ni lo específico
de protestantes, sino que lo reúne. Así, en el «santoral»
han sido «sumadas» las conmemoraciones protestantes con las
católicas. Cuando no coinciden, la protestante va en cursiva. Por
ejemplo, el apóstol Pedro es celebrado por la Iglesia católica
el 22 de febrero («la cátedra de Pedro»), y por las
Iglesias protestantes el 18 de enero («la confesión de Pedro»);
las diferencias se pueden distinguir tipográficamente.
Gentilmente, el obispo luterano Kent Mahler nos presentó en estas
páginas, en una edición anterior, a los «santos protestantes».
La Agenda es aconfesional y, sobre todo, macroecuménica: se enmarca
en ese mundo de referencias, creencias, valores y utopías común
a los Pueblos y hombres y mujeres de buena voluntad, que los cristianos
llamamos «Reino», pero que compartimos con todos en una búsqueda
fraterna y humildemente servicial.
Las lunas
Nuestra agenda expresa las fases de la luna en la hora latinoamericana,
más concretamente en la hora «andina» (la de Colombia,
Ecuador, Perú, Chile), a una diferencia de cinco horas respecto
a la hora GMT llamada «universal».
Una obra no lucrativa
En muchos países esta Agenda es editada por organismos y entidades
populares, instituciones sin fines de lucro, que destinan los beneficios
que obtienen de la venta de la Agenda a sus objetivos de servicio popular
o de solidaridad. Estos centros hacen constar el carácter no lucrativo
de la edición correspondiente.
En todo caso, la Agenda Latinoamericana como tal, en su coordinación
central, es también una iniciativa no lucrativa, que nació
y se desarrolló sin ayuda de ninguna agencia. Los ingresos generados
por la Agenda, después de retribuir adecuadamente el esfuerzo de
las firmas que en ella escriben, son dedicados a obras de comunicación
popular alternativa y de solidaridad internacional. Los «Servicios
Koinonía», atendidos permanentemente y en constante mejora,
de acceso mundial gratuito, la Colección
«Tiempo Axial», y algunos de los premios financiados por
la Agenda, son el caso más conocido.
Una agenda colectiva
Ésta es una obra colectiva. Por eso ha recorrido este camino y
es hoy lo que es. Seguiremos recibiendo agradecidos las sugerencias, materiales,
textos, documentos, novedades bibliográficas
que se nos quiera
hacer llegar, para confeccionar la Agenda del año 2006... Acogeremos
y haremos un espacio en estas páginas a aquellas entidades que
quieran ofrecer su servicio al Continente patrocinando algún premio
o concurso para estimular cualquier aspecto de nuestra conciencia continental.
Así seguirá siendo una «obra colectiva, un patrimonio
latinoamericano, un anuario antológico de la memoria y la esperanza
del Continente...».
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