Hace tiempo que el grito de que «otro mundo es posible» es ya un clamor asumido y casi diríamos que «pacíficamente poseído». Evidente. Inevitable. A pesar de los que, con humor involuntario, proclamaron el «final de la historia». Pero es preciso avanzar. Además de seguir reafirmando ese «otro mundo posible», ahora hay que ir tratando de hacerlo posible: hay que construirlo, darle cuerpo, y, antes, darle figura, imaginarlo, configurarlo, y, para ello, «soñarlo». Es lo que quiere hacer esta vez la Agenda latinoamericana-mundial'2004, soñar: ¿Cómo debería ser ese otro mundo del que venimos afirmando que es posible?
Pues ése es el tema. Y su esquema no puede ser más sencillo, dentro de nuestra clásica e inevitable metodología latinoamericana del ver/juzgar/actuar.

La introducción de Pedro Casaldáliga inicia la Agenda y presenta, una vez más, la orientación y el sentido del mensaje general de la edición. El elenco de los aniversarios martiriales mayores del año 2004, la relación de premios otorgados entre quienes han acudido a las convocatorias del año pasado, y las nuevas convocatorias para el 2005, completan la entrada de la Agenda.

Partimos de la realidad, del VER, con dos análisis de coyuntura: Comblin por parte latinoamericana, y Douglas Cassler desde EEUU, dos puntos de vista complementarios.

A continuación entramos en la sección dedicada al JUZGAR, que esta vez implica también SOÑAR. Es nuestro sueño utópico el que va a juzgar la realidad presente de nues-tro mundo actual, y nos va a abrir senderos de acción para construir el «otro mundo posible». Desfilan ante nuestros ojos los sueños utópicos de nuestros autores referentes a la democracia mundial que anhelamos, el derecho internacional, las instituciones mundiales, la economía, la teoría económica, el paradigma científico, la deuda externa, etc. No falta la referencia a «otro mundo posible... que ¡ya existe!», el mundo indígena.
Nuestros sueños se hacen también regionales y mundiales, soñando Continentes, regiones y hasta religiones «nuevas»...

Se completa esta sección del JUZGAR con una llamada de atención hacia algunos puntos calientes, esta vez del Continente americano.

La tercera parte corresponde al ACTUAR, las propuestas de cara a la acción. El «otro mundo posible», comienza, efectivamente, en cada uno de nosotros, en nuevas actitudes de consumo y de respeto ecológico, con una nueva militancia, por una nueva información, hacia otra práctica de los derechos humanos, mediante otra relación de género, y hasta con otra actitud posible en el mundo del software que cada día, inevitablemente, manejamos.

Concluye la Agenda con las secciones habituales finales. Los premios concedidos en las categorías de «Cuento corto latinoamericano» y «Páginas neobíblicas», la sección «Quién es quién en A.L.», el anuncio de varias novedades editoriales relacionadas con esta agenda, más el elenco actualizado de los «Servicios Koinonía», y el infaltable «Punto de encuentro» con los lectores que quieren participar... cierran la obra.Seguimos en nuestra filosofía de conjuntar el papel y la telemática: estamos poniendo en internet los textos de la Agenda (en castellano, y en portugués por ahora) para que puedan ser tomados y acomodados a la necesidad de cada comunidad o grupo antes de imprimirlos para repartirlos como material de trabajo para la reflexión en la reunión de grupo, en el aula, o para la sesión de educación popular.

Más allá de este único contacto anual que es la edición de la Agenda de papel, solemos comunicarnos a través del servidor de lista «Novedades Koinonía» (gratuito) con todos/as aquellos/as que se suscriben a él (vea en la pág. 243 la forma de hacerlo). También nos comunicamos a través del portal de Koinonía (http://servicioskoinonia.org) y de la Agenda Latinoamericana (http://latinoamericana.org). Ése será nuestro lugar de encuentro y nuestra cita permanente durante el año.

La Agenda del próximo año 2005 tendrá como tema central, en principio, «El imperialismo hoy», con todas sus vertientes y facetas, sus fundamentalismos y sus vías de superación. El «unilateralismo», nuevo nombre del viejo imperialismo, se nos ha hecho triste realidad mayor, el peligro que más perturba y amenaza la paz del mundo actual. Esperamos los aportes de todos ustedes.

Uso pedagógico de la agenda
Además de para uso personal, esta Agenda está pensada como un instrumen-to pedagógico para comunicadores, educadores populares, agentes de pastoral, animadores de grupos, militantes...
Los textos son siempre breves y ágiles, presentados bajo la concepción pedagógica de la «página-cartel», pensada y diagramada de forma que, directamente fotocopiada, pueda ser entregada como «material de trabajo» en la escuela, en la reunión de grupo, en la alfabetización de adultos... o expuesta en el tablón de anuncios. También, para que esos textos puedan ser transcritos en el boletín de la asociación o la revista del lugar.
La presentación de los textos se rige por un criterio «económico» que sacrifica una posible estética de espacios blancos e ilustraciones en favor de un mayor volumen de mensaje. La falta de mayores espacios blancos para anotaciones (para poder mantener su precio popular) puede ser suplida por la adición de páginas adhesivas. También puede añadírsele una cinta como registro, e írsele cortando la esquina de la hoja de cada día para una localización instantánea de la semana en curso.

Ecumenismo
Esta agenda intenta un «ecumenismo de suma», no «de resta». Por eso no elimina lo propio de católicos ni lo específico de protestantes, sino que lo reúne. Así, en el «santoral» han sido «sumadas» las conmemoraciones protestantes con las católicas. Cuando no coinciden, la protestante va en cursiva. Por ejemplo, el apóstol Pedro es celebrado por la Iglesia católica el 22 de febrero («la cátedra de Pedro»), y por las Iglesias protestantes el 18 de enero («la confesión de Pedro»); las diferencias se pueden distinguir tipográficamente.
Gentilmente, el obispo luterano Kent Mahler nos presentó en estas páginas, en una edición anterior, a los «santos protestantes».
La Agenda es aconfesional y, sobre todo, macroecuménica: se enmarca en ese mundo de referencias, creencias, valores y utopías común a los Pueblos y hombres y mujeres de buena voluntad, que los cristianos llamamos «Reino», pero que compartimos con todos en una búsqueda fraterna y humildemente servicial.

Las lunas
Nuestra agenda expresa las fases de la luna en la hora latinoamericana, más concretamente en la hora «andina» (la de Colombia, Ecuador, Perú, Chile), a una diferencia de cinco horas respecto a la hora GMT llamada «universal».

Una obra no lucrativa
En muchos países esta Agenda es editada por organismos y entidades populares, instituciones sin fines de lucro, que destinan los beneficios que obtienen de la venta de la Agenda a sus objetivos de servicio popular o de solidaridad. Estos centros hacen constar el carácter no lucrativo de la edición correspondiente.
En todo caso, la Agenda Latinoamericana como tal, en su coordinación central, es también una iniciativa no lucrativa, que nació y se desarrolló sin ayuda de ninguna agencia. Los ingresos generados por la Agenda, después de retribuir adecuadamente el esfuerzo de las firmas que en ella escriben, son dedicados a obras de comunicación popular alternativa. Los «Servicios Koinonía», atendidos permanentemente y en constante mejora, de acceso mundial gratuito, más la Colección «Tiempo axial» y algunos de los premios financiados por la Agenda, son el caso más conocido.

Una agenda colectiva…
Ésta es una obra colectiva. Por eso ha recorrido este camino y es hoy lo que es. Seguiremos recibiendo agradecidos las sugerencias, materiales, textos, documentos, novedades bibliográficas… que se nos quiera hacer llegar, para confeccionar la Agenda del año 2005... Acogeremos y haremos un espacio en estas páginas a aquellas entidades que quieran ofrecer su servicio al Continente patrocinando algún premio o concurso para estimular cualquier aspecto de nuestra conciencia continental. Así seguirá siendo una «obra colectiva, un patrimonio latinoamericano, un anuario antológico de la memoria y la esperanza del Continente...».

   
 
José María VIGIL

 

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