A continuación de este texto sigue la versión original en inglés.

 

Agenda Latinoamericana’2002

Págs. 32-33

 

 

 

 

El imperialismo de EEUU hoy

James Petras

Traducción de Sarita de la Guardia

 

 

Introducción

Para comprender la actual configuración del poder mundial y las relaciones entre los Estados, el concepto de Imperialismo es más preciso y científico que conceptos vagos y amorfos como el de "globalización". 

La naturaleza y la estructura del imperialismo se capta mejor cuando se reconoce que es un fenómeno complejo, cuyos componentes económicos, políticos, militares e ideológicos se interrelacionan.

En el sistema imperialista actual hay tres centros principales que son aliados y también compiten: EEUU, la Unión Europea y Japón.

Este ensayo documentará y describirá la naturaleza y la estructura del poder imperialista de EEUU. Comenzaremos con el papel de las multinacionales de EEUU en la economía mundial y el papel del Estado Imperialista de EEUU en las instituciones financieras internacionales (FMI, Banco Mundial, etc.).

Seguirá luego una discusión del poder político y militar mundial de EEUU, tal como se ejerce a través de organizaciones multilaterales y de la intervención bilateral y unilateral Finalmente, examinaremos el mensaje ideológico de la propaganda y su transmisión por los medios masivos controlados por el imperialismo.

Concluiremos resumiendo el poder acumulativo del imperio de EEUU y sus contradicciones.

 

 

Base económica del poder imperialista de EEUU

Un estudio reciente llevado a cabo por el "Financial Times" sobre las compañías más grandes del mundo según su capitalización del mercado, revela que de entre las 500 compañías más grandes del mundo, 244 son de EEUU, 46 de Japón y 23 de Alemania. Aun considerando toda Europa junta, sólo 173 son europeas, muy por debajo de EEUU. El crecimiento del poder económico de EEUU en relación a Japón aparece claro cuando comparamos los datos de los años 90: el número de firmas japonesas presentes entre las 500 más importantes cayó de 71 a 46, mientras que el número de firmas de EEUU aumentó de 222 a 244.

Si miramos a las 25 multinacionales más grandes, aquellas cuya capitalización excede los $ 86 billones, la concentración de poder económico de EEUU es aún más clara. Más del 70% son de EEUU, 26% son europeas y sólo el 4% son japonesas. Dado que las multinacionales controlan el comercio, los préstamos y las inversiones, es principalmente EEUU quien ha emergido como potencia dominante abrumadora. Dado que las compañías más grandes son la fuerza principal en la compra de las compañías más pequeñas, a través de fusiones y adquisiciones, podemos esperar que las multinacionales de EEUU desempeñarán un papel importante en el proceso de concentración y de centralización del capital. Estudios recientes demuestran que las corporaciones multinacionales todavía están bajo el control de sus jefaturas en EEUU, Europa y Japón. Más del 80% de las decisiones sobre tecnología e inversión son tomadas por la " casa matriz" imperial, refutando la pretensión de los teóricos de la globalización de que las corporaciones multinacionales no tienen "nacionalidad". Centenares de billones de dólares en ganancias, pagos de intereses y "royalties" llenan los cofres de las corporaciones con base en los EEUU, enriqueciendo a pocos en el norte y empobreciendo a los pobres en el sur.

La participación de EEUU en los beneficios mundiales ha pasado de 36% en 1990 a 43% en 1998. El poder financiero se concentra aún más: de los 13 de los bancos de inversiones más grandes, 11 pertenecen y son dirigidos por EEUU, dándole un papel clave en la ordenación y en el ser beneficiarios de las mega-fusiones.

Las llamadas "instituciones financieras internacionales” (IFI) como el Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Mundial (BM) y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), no son realmente internacionales, puesto que son controladas por EEUU y en un menor grado por los Estados Europeos.

El poder de los votos en las "IFIs" se basa en la contribución financiera, y da a EEUU el poder de vetar o de imponer determinadas condiciones en los préstamos, lo que fuerza a quienes los reciben a privatizar, a desregular sus economías y a eliminar las barreras comerciales.

La estructura interna de las IFI se compone de una junta de directores que son delegados designados por el Tesoro de EEUU y los ministerios financieros europeos. Estos delegados designados siguen la política dictada por el Estado imperialista, que a su vez trabaja muy de cerca con Wall Street, la Bolsa de Londres, etc. En otras palabras, el carácter multilateral o internacional de estas instituciones financieras es una fachada que disimula el verdadero poder ejercido por los Estados imperiales en favor de sus multinacionales. El FMI, el BM y el BID no son poderes internacionales; son más bien extensiones financieras del Estado imperialista. Las políticas neoliberales impuestas por las IFIs benefician directamente a las multinacionales, a través de las políticas de ajuste estructural, que facilitan los pagos de la deuda externa a bancos de EEUU a expensas de los salarios y los programas sociales para las masas urbanas y rurales.

El creciente poder de las coporaciones multinacionales de EEUU está ligado directamente a la influencia y dominación de Washington sobre las instituciones financieras internacionales. Ambos poderes fortalecen y expanden el imperio económico de EEUU: poder político e imperialismo económico de EEUU. Este imperialismo económico depende del poder político, de la capacidad del estado imperial para intervenir y establecer regímenes que le sean favorables, así como códigos legales y garantías para la inversión económica de EEUU y el pago de las deudas. El Estado imperial de EEUU es el instrumento principal para conquistar y recolonizar regiones para los inversionistas, prestamistas y comerciantes. Washington tiene varias agencias gubernamentales para realizar estas funciones: las fuerzas armadas para usar fuerza (o amenazar con ella) para defender regímenes pro-capitalistas o derrocar gobiernos progresistas; una extensa área de espionaje internacional y agencias de policía secreta (la CIA, DIA, DEA, NSA, etc.), que organizan esquadrones de muerte, reclutan informantes y en general desestabilizan regímenes antiimperialistas o eliminan movimientos progresistas.

El Departamento del Tesoro, por medio de instituciones unilaterales, bilaterales o multilaterales, proporciona ayuda económica para los regímenes clientes, y ordena boicots, embargos comerciales, etc. contra los regímenes nacionalistas o socialistas. El Departamento de Estado ordena las políticas diplomáticas, reconociendo y legitimando a los regímenes clientes, o demonizando a sus adversarios. El Departamento de Estado coordina la propaganda con los medios de comunicación privados de forma que transmitan la línea de pensamiento imperial.

El Departamento de Defensa organiza la intervención militar, entrena a fuerzas represivas y proporciona armas al ejército del cliente, para proteger los regímenes neo-liberales que abren la puerta a toma posesión de sus sectores económicos estratégicos.

El poder político de EEUU se proyecta en la arena internacional. La clave es es el intento de Washington de manipular y controlar las llamadas instituciones internacionales para dar legitimidad y apoyar su dominación imperial. Washington prefiere funcionar vía las instituciones multilaterales como las Naciones Unidas (ONU) o la Organización de Estados Americanos (OEA) si es posible, pero usará fuerza unilateral si es necesario para defender los intereses imperialistas. EEUU gana poder en la ONU mediante préstamos, influencia militar, regímenes clientes, promesas comerciales… para ejercer presión y sobornar a los gobiernos a votar por oficiales como Kofi Annam, el Secretario General, que son efectivamente servidores del Imperio. Cuando surgen asuntos políticos importantes para el debate, Washington junta los votos de sus clientes, o usa su influencia, o pone el veto en el Consejo de Seguridad para bloquear, o para implementar políticas imperialistas.

Por lo tanto, la dominación de EEUU sigue caminos multilaterales, bilaterales o unilaterales, según cuál sea el mejor mecanismo disponible en cada momento para realizar sus intereses imperiales: la invasión de Kosovo fue multilateral, el boicot de EEUU a Cuba (Helms-Burton) es unilateral, el apoyo de EEUU a Israel contra los palestinos es bilateral. Diferentes tácticas para el mismo fin político estratégico.

Las diversas instituciones políticas de EEUU se complementan entre ellas, proporcionando apoyo coercitivo económico, político e ideológico a las multinacionales y combatiendo a los adversarios nacionalistas y progresistas o a los competidores imperiales.

 

 

Poder militar

EEUU es la potencia militar intervencionista número uno en el mundo. Recientemente ha intervenido directamente en Yugoslavia, Iraq, Somalia, Panamá, Grenada, Afganistán... Ha intervenido indirectamente en operaciones clandestinas en muchas regiones, como América Central (Nicaragua, Guatemala, El Salvador), Suramérica (Colombia, Perú...). La escala y el alcance del poder militar de EEUU se manifiesta en su presupuesto militar (casi $300 billones), su monopolio nuclear y sus ventas militares (el mayor vendedor).

La OTAN (Organización del Tratado de Atlántico Norte) ha sido la alianza militar principal con la cual EEUU ha ejercitado su hegemonía, primero en Europa y, después del final de la guerra fría, en todo el mundo. La alianza de la OTAN ha estado bajo dirección de EEUU y ha servido siempre para organizar las fuerzas militares capitalistas importantes de cara a intervenir y reprimir los movimientos sociales en todo el mundo. Por ejemplo, Turquía, un miembro de la OTAN, usa armamentos y entrenamiento de la OTAN para reprimir violentamente a millones de kurdos. EEUU utilizó a la OTAN para bombardear Iraq y Yugoslavia. La nueva doctrina de la OTAN establece explícitamente las condiciones para las intervenciones militares ofensivas en cualquier lugar del mundo donde se vean amenazados los intereses occidentales, o sea, donde los movimientos o los regímenes progresistas resistan a las políticas neoliberales.

La clave del poder militar de EEUU es su flexibilidad táctica y su rigidez estratégica. La flexibilidad militar de EEUU se evidencia de muchas maneras: (1) en entrenar y adoctrinar a las fuerzas armadas clientes para luchar por los intereses económicos y estratégicos de EEUU en su propio país; (2) el Pentágono permite que guardianes de paz de EEUU supervisen áreas conflictivas para mantener los intereses de EEUU; (3) Washington proporciona fuerza aérea y consejeros, mientras otros países ponen las tropas terrestres; (4) el Pentágono recluta nuevos clientes en Europa Oriental, antigua URSS y los países Bálticos para formar parte de la OTAN para ser escudos que cercan a Rusia; (5) las bases militares de EEUU se extienden a nuevas regiones (Ecuador, Bolivia, Argentina, Macedonia, etc.) para reprimir movimientos nacionales y populares sociales..

La extensión de nuevas bases y alianzas militares coincide con la extensión económica del imperio de EEUU y la profunda contradicción entre la riqueza imperial y el empobrecimiento de la masa.

La flexibilidad táctica, la variedad de medios de intervención militar, es igualada a la rigidez estratégica. Los legisladores imperiales de EEUU tienen un conjunto de metas estratégicas constantes: mantener su posición de la dominación del mundo, limitar o minar los competidores regionales (Europa, Japón) y aislar, destruir o neutralizar a los regímenes nacionales independientes. La OTAN, extensión de Washington, con su gran presupuesto militar, se dirige a la dominación del mundo; su intervención en Bosnia y Yugoslavia y el reclutamiento de nuevos clientes en Europa Oriental es para fortalecer su posición en Europa; sus bases militares y el Plan Colombia son dirigidos a asegurar regímenes clientes en Colombia, Bolivia, Perú, etc.

Las ventas de armas de EEUU son componentes económicos y militares del sistema imperial. Las ventas de armas son exportaciones claves para proporcionar grandes beneficios para las industrias de EEUU y para compensar los grandes desequilibrios comerciales no militares. Militarmente, el programa de las armamentos da a EEUU palanca militar, influencia y posición estratégica en las fuerzas armadas de los países compradores: el entrenamiento tecnológico va acompañado de adoctrinamiento en contrainsurgente e ideología neoliberal. Militarismo es el hermano gemelo del imperialismo económico: los mercados libres son defendidos con las ametralladoras.

 

 

Las bases ideológicas del poder imperialista

La fuerza es el último recurso del imperio. EEUU confía en la propaganda ideológica para ganar adherentes y para desmoralizar y desorientar a sus grandes adversarios. Primero se utiliza la ideología para justificar o ligitimizar la intervención imperialialista. Para convencer al público, en EEUU y en otras partes, Washington sostiene el argumento de que su esfuerzo militar de destruir a los movimientos populares y movimientos sociales que luchan contra las desigualdades sociales y la explotación es por razones humanitarias.

Éste era el caso en Yugoslavia, donde el bombardeo masivo de edificios civiles y la matanza de miles de personas era para acabar con el " genociio " de los albaneses de Kosovo. Después de la victoria de la OTAN, los doctores forenses encontraron menos de 3.000 muertos en Kosovo, contando serbios, gitanos y albaneses, de ambos lados. Bajo la ocupación de la OTAN 250.000 serbios, gitanos, etc. han sido sacados de Kosovo, centenares han sido asesinados por los terroristas albaneses fanáticos, se ha privatizado la propiedad pública y la OTAN tiene una nueva base militar. La ideología humanitaria extendió el poder imperialista.

La campaña antidrogas de EEUU ha conducido a crear nuevas bases militares y a la intervención militar directa. En Colombia, EEUU ha escalado su campaña del militarization a través del Plan Colombia, dirigiendo y financiando la represión y a los grupos paramilitares contra los ejércitos del guerrilla y las organizaciones populares que protestan por el régimen neoliberal. La campaña antidrogas de Washington es un fraude, puesto que la mayoría de los traficantes de la droga se encuentran entre los militares y los aliados políticos de Washington, y la mayor parte del dinero de la droga es lavado en bancos de EEUU en Miami, Nueva York, etc. Ideologías antidrogas y antiterroristas se utilizan para disfrazar y legitimizar la recolonización de América Latina por Washington, y se dirigen a la represión de movimientos que desafían la hegemonía de EEUU.

Los medios de comunicación masivos, la CNN y los monopolios locales y extranjeros, transmiten la propaganda de Washington y dan la imagen de ser agencias de noticias privadas, independientes. La centralización y concentración de los medios masivos de comunicación y sus crecientes conexiones a los centros imperialistas facilitan la conexión entre los monopolios nacionales masivos y los que dictan la política imperialista.

 

 

Conclusión

La dominación imperial de EEUU es el problema principal del nuevo milenio. Es una fuerza compleja y ubicua que ha polarizado profundamente al mundo/clases/razas/género/regiones. La transferencia masiva de riqueza del imperialismo a los ricos del norte y oligarcas del sur va emparejada con el creciente ejército de pobres en el Sur y los decadentes salarios de los trabajadores en el norte. Sin embargo, el fenómeno gemelo de imperialismo económico y militarismo está provocando resistencia popular, movimientos anti-imperialistas en Colombia, revolución social de los campesinos de Bolivia, Brasil, Paraguay, regímenes nacionalistas en Venezuela... Si bien EEUU domina el mundo hoy, la creciente resistencia cuestiona el Imperio de mañana.

 

 

 

 

 

 

U.S. Imperialism Today

James Petras

 

 

 

Introduction

 

Imperialism is a more precise and scientific concept for understanding the present configuration of world power and inter-state relations than vague and amorphous concepts such as "globalization."

The nature and structure of imperialism is best understood by recognizing that it is a multifaceted phenomena, whose economic, political, military and ideological components are inter-related.

Within the imperialist system there are three major centers which are allied and also compete: the U.S., European Union and Japan. Within this configuration of the imperial system, the U.S. is the dominant power.

This essay will document and describe the nature and structure of U.S. imperial power.We will proceed by discussing the role of U.S. multi-nationals in the world economy and the role of the U.S. imperial state in the international financial institutions (IMF, World Bank, etc.).

This will be followed by a discussion of U.S. global political and military power as it is exercised via multi-lateral organizations and in bilateral and unilateral intervention. Finally, we will examine the ideological propaganda message and its transmission via imperial controlled mass media.

We will conclude by summing up the cumulative power of the U.S. empire and its contradictions.

 

Economic Basis of U.S. Imperial Power

A recent survey by the Financial Times of the world's biggest companies, based on market capitalization, reveals that among the 500 largest companies in the world, the U.S. has 244 enterprises, Japan has 46 and Germany 23. Even if we aggregate all of Europe, the total companies comes to 173, far below the U.S. The growth of U.S. economic power relative to Japan is clear when we compare the data in the 1990s. Top Japanese firms declined from 71 to 46, while the number of U.S. firms among the top 500 increased from 222 to 244.

If we look at the largest 25 multi-nationals, those whose capitalization exceeds $86 billion, the concentration of U.S. economic power is even clearer: over 70% are U.S., 26% are European, and only 4% are Japanese. Since the multi-nationals control trade, loans and investment, it is largely the U.S. which has emerged as the overwhelming dominant power. Insofar as the largest companies are the leading force in buying out smaller companies, through mergers and acquisitions, we can expect the U.S. multi-nationals to play a major role in the process of concentration and centralization of capital. Recent studies demonstrate that multi-national corporations are still under the control of their headquarters in the U.S., Europe and Japan. Over 80% of the decisions on technology and investment are taken by the imperial "home-office," disproving the contention of "globalization" theorists that multi-national corporations do not have a "nationality." Hundreds of billions of dollars in profits, interest payments and royalties fill the coffers of U.S.-based corporations, enriching the few in the North and impoverishing the poor in the South.

The U.S. share of world profits has increased from 36% in 1990 to 43% in 1998. Financial power is even more concentrated; of the 13 biggest investment banks, 11 are U.S. owned and directed, giving the U.S. a key role in organizing and profiting by the mega-fusions.

The so-called "international financial institutions (IFI)" like the International Monetary Fund (IMB), the World Bank (WB) and the Inter-American Development Bank (IDB), are not really international they are controlled by U.S. and to a lesser degree European states.

Voting power in the IFI's is based an financial contribution - giving the U.S. the power to veto or set conditions on loans, that force recipients to privatize and deregulate their economies and eliminate trade barriers.

The internal structure of the IFI is made up of a board of directors who are delegates appointed by the U.S. Treasury and European financial ministries. These appointed delegates follow the policy dictates of the imperial state, who in turn work very closely with Wall Street, the City of London, etc. In other words, the multi-lateral or international character of these financial institutions is a facade cloaking the real power exercised by the imperial states in favor of their multi-nationals. The IMF-WB-IDB are not global powers they are financial adjuncts of the imperial state. The neo-liberal policies imposed by the IFI directly benefit the multi-nationals, via the structural adjustment policies which facilitate foreign debt payments to U.S. banks at the expense of wages and social programs for the urban and rural masses.

The growing power of the U.S. multi-national corporations is directly linked to the influence and domination by Washington over the international financial institutions. Both strengthen and expand the U.S. economic empire. Political Power and the U.S. Empire U.S. economic imperialism depends on political power; the capacity of the imperial state to intervene and establish favorable regimes, legal codes, and guarantees for U.S. economic investment and debt payments. The U.S. imperial state is the prime instrument for conquering and re-colonizing regions for investors, lenders, and traders. Washington has several governmental agencies to perform these functions: the armed forces to use force (or threaten force) to defend pro-capitalist regimes or overthrow progressive governments; a vast area of international spy and secret police agencies (the CIA, DIA, DEA, NSA, etc.) which organize death squads, recruit informers and in general destabilize anti-imperialist regimes or eliminate progressive movements.

The Treasury Department via unilateral, bilateral or multilateral institutions provides economic support for client regimes and organizes boycotts, trade embargos, etc. against nationalist or socialist regimes. The State Department organizes the diplomatic policies, recognizing and legitimating client regimes or demonizing adversaries. The State Department coordinates propaganda with the private mass media, so they can transmit the imperial line.

The Defense Department organizes military intervention, trains repressive forces and provides arms to client-armed forces to protect the neo-liberal regimes which open the doors for U.S. takeovers of their strategic economic sectors.

U.S. political power is projected into the international arena. The key is Washington's attempt to manipulate and control so-called international institutions to give legitimacy and support for its imperial domination. Washington prefers to function via multi-lateral institutions like the United Nations (UN) or the Organization of American States, OAS if possible, but will use unilateral force if necessary to defend imperial interests. U.S. gains power in the UN via loans, military influence, client regimes, trade promises, to pressure and bribe governments to vote for officials like Kofi Annam the Secretary General who are effectively messenger boys for the Empire. When important political issues arise for debate, Washington rounds-up votes from clients or uses its influence or veto in the Security Council to block or implement imperial policies.

U.S. domination thus follows multi-lateral, bi-lateral or unilateral approaches depending on the best available mechanism for realizing its imperial interests. The invasion of Kosova was multi-lateral, the U.S. boycott of Cuba (Helms-Burton) is unilateral, the U.S. support of Israel against the Palestinians is bilateral. Different tactics for the same strategic political end - empire building.

The different U.S. political institutions compliment each other, providing economic, political, coercive and ideological support to the multi-nationals, and combating nationalist and progressive adversaries and imperial competitors.

 

Military Power

U.S. is the number one, military interventionist power in the world. In recent years it has directly militarily intervened in Yugoslavia, Iraq, Somalia, Panama, Grenada, Afghanistan. It has indirectly intervened in clandestine operations in many regions such as Central America (Nicaragua, Guatemala, El Salvador), South America (Columbia, Peru, etc.). The scale and scope of U.S. military power is manifest in its military budget (nearly $300 billion) its nuclear monopoly and its military sales (number one in the world).

NATO (the North Atlantic Treaty Organization) has been the major military alliance through which the U.S. has exercised hegemony, first in Europe, and after the end of the Cold War, throughout the world. The NATO alliance has always been under U.S. leadership and has served to organize the major capitalist military forces to intervene and repress social movements throughout the world. For example, Turkey a NATO member uses NATO arms and

training to violently repress millions of Kurds. U.S. utilized NATO to bomb Iraq and Yugoslavia. The new NATO doctrine explicitly establishes conditions for offensive military interventions any place in the world where western interests are threatened - where progressive movements or regimes resist neo-liberal policies.

The key to U.S. military power is its tactical flexibility and strategic rigidity. U.S. military flexibility is evidenced in many ways; (1) it trains and indoctrinates client armed forces to fight for U.S. economic and strategic interests in their own countries, (2) the Pentagon allows U.S. peacekeepers to supervise conflictual areas, to sustain U.S. interests, (3) Washington supplies air power and advisers, while other countries supply ground troops, (4) the Pentagon recruits new clients in Eastern Europe, the former USSR and the Baltic countries to join NATO to be the forward shield in encircling Russia, (5) U.S. military bases are extended to new regions - Ecuador, Bolivia, Argentina, Macedonia, etc. to repress national and social popular movements.

The extension of new military bases and alliances coincides with the economic expansion of the U.S. empire and the deepening contradictions between imperial wealth and mass impoverishment.

Tactical flexibility, the variety of means of military intervention, is matched by strategic rigidity. U.S. imperial policymakers have a set of fixed strategic goals.: to maintain their position of world dominance, to limit or undermine regional competitors (Europe, Japan) and to isolate, destroy or neutralize independent national regimes. Washington's extension of NATO and big military budget is directed at world dominance; its intervention in Bosnia and Yugoslavia and recruitment of new clients in East Europe is to strengthen its position in Europe; its military bases and Plan Colombia are directed at sustaining client regimes in Colombia, Bolivia, Peru, etc.

U.S. weapon sales are economic and military components of the imperial system. Weapon sales are key exports to provide big profits for U.S. industries and to compensate for large non-military trade imbalances in merchandise trade. Militarily, the weapons program gives U.S. military leverage, influence and strategic positions in the buyer countries armed forces: technological training is accompanied with indoctrination in U.S. counter-insurgency doctrine and neo-liberal ideology. Militarism is the twin brother of economic imperialism: free markets are defended by machine guns.

 

Ideological Basis for Imperial Power

Force is the last resort of empire. The U.S. relies on ideological propaganda to gain adherents and to demoralize and disorient critical adversaries. First ideology is used to justify or legitimate imperial intervention. To convince the public, in the U.S. and elsewhere, Washington argues that its military effort to destroy popular movements struggling against social inequalities and exploitation is for humanitarian reasons.

This was the case in Yugoslavia, where the massive bombing of civilian buildings and killing of thousands was to end "genocide" of Kosova Albanians. After the NATO victory, forensic doctors found less than 3,000 dead in Kosova including Serbs, Gypsies and Albanians and including combatants on both sides. Under NATO occupation, 250,000 Serbs, gypsies etc. have been driven out of Kosova, hundreds have been assassinated by fanatical Albanian terrorists, public property has been privatized and NATO has a new military base. Humanitarian ideology extended imperial power.

The U.S. anti-narcotics campaign has led to new military bases and direct military intervention. In Colombia, the U.S. has escalated its militarization campaign via Plan Colombia, directing and financing military repression and paramilitary groups against guerrilla armies and popular organizations which protest the neo-liberal regime. Washington's anti-narcotic campaign is a fraud, since most of the drug traffickers are found among the military and political allies of Washington and most of the drug money is laundered in U.S. banks in Miami, New York, etc. Anti-narcotics and anti-terrorist ideologies are used to disguise and legitimate Washington's re-colonization of Latin America and is directed toward repressing movement challenging U.S. hegemony.

The mass media, CNN and the locally and foreign monopolies, transmit Washington's propaganda and provide the image of private, independent news agencies. The centralization and concentration of the mass media and their increasing links to the imperial centers, facilitates the linkages between imperial policymakers and national media monopolies.

 

 

Conclusion

U.S. imperial domination is the principal problem of the new Millenium. It is a complex and ubiquitous force that has deeply polarized the world/classes/races/gender/regions. Imperialism's massive transfer of wealth to the northern rich and southern oligarches is matched by the growing army of poor in the South and declining working salaries in the North. The twin phenomena of economic imperialism and militarism however is provoking popular resistence, anti-imperial movements in Colombia, social revolutionary peasants in Bolivia, Brazil, Paraguay, nationalist regimes as in Venezuela. While U.S. dominates the world today, resistence is growing that puts into question the Empire tomorrow.

 

James Petras