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Las fuerzas que dominan el mundo y lo mantienen en su situación
actual no son sólo de poder económico, político,
militar o estructural, sino también simbólico y mental.
Tal vez son sobre todo mentales. Estamos dominados y somos esclavos porque
todavía no hemos llegado a tener conciencia suficiente de ello.
Y no hemos llegado a tener conciencia, en parte debido a que no nos es
comunicada la información que nos abra los ojos, sino una información
que desinforma, que oculta los verdaderos problemas y sobre todo las necesarias
utopías. Una información y una comunicación concientizadoras
tal vez son el mejor camino al otro mundo posible.
El neoliberalismo que sucedió al estado de bienestar (y a los movimientos
populares de liberación, y también al socialismo real) no
ha solucionado los problemas. En muchos sentidos los ha agravado. Sin
embargo, no hay una resistencia suficiente en las masas. Las masas todavía
aceptan la situación. Son víctimas de una «pereza
vital» que las lleva a no comprometerse. La depresión psicosocial
que afectó a América Latina ya remite, se descongela esa
sensación de imposibilidad que tuvo paralizados a los militantes.
Pero todavía hay mucho de la despolitización característica
de la cultura neoliberal.
Y cuesta salir de esa situación. Porque no es una situación
natural, espontánea, sino buscada, sostenida por quienes están
interesados en que se perpetúe, y estudiadamente alimentada a través
de los medios de comunicación. Liberarnos de la comunicación
alienante es una de las primeras urgencias para poder avanzar hacia el
otro mundo posible. ¿Qué nuevas actitudes configurarían
esa comunicación nueva que necesitamos?
Entrada indiscutible en las nuevas tecnologías
Hace unos años aún teníamos que justificar que los
pobres y sus aliados debíamos entrar en el mundo de las nuevas
tecnologías. En la Agenda de 1997 aún sentimos la necesidad
de defender que era precisamente la opción por los pobres la que
nos obligaba a entrar en ese campo. Hoy es innecesario. Ya hemos entrado
la gran mayoría, y los retrasados están preparándose
para hacerlo. Asunto resuelto.
Pero no basta entrar y tomar el correo-e simplemente como un «superfax»
(más barato, más rápido, más versátil
)
o la web como un periódico o una revista o una biblioteca más
universales y hasta más económicos
Entrar en las nuevas
tecnologías significa mucho más. Necesitamos:
-crear redes de comunicación (organizadas, interconectadas, automatizadas
),
periódicos y boletines de información propia popular, alternativa;
-realizar reuniones virtuales, ahorrar gastos de viajes para reuniones
físicas, realizar las que por medios físicos nunca estaría
a nuestro alcance el hacer;
-digitalizar toda la información (textual, sonora, visual, de datos
)
como requisito imprescindible para compartirla, y ponerla desinteresadamente
en la red;
-crear lugares de información alternativa, coordina-dos en la mayor
medida de que seamos capaces
La red (internet) es la comunicación de los pobres, es la gran
posibilidad. Sin medios económicos, sin capital, sin empleados
Una sola persona es capaz de montar una revista o una editorial o una
agencia de información
Lo único que hace falta ahora
es creatividad, iniciativa y trabajo. La pobreza y la falta de medios,
que han sido los grandes obstáculos para los pobres a lo largo
de la historia, hoy se hacen superables con los nuevos medios tecnológicos
La experiencia del primer trimestre del 2003, ante la guerra de Irak,
marca un hito, un salto cualitativo en la historia de la movilización
popular: la convocatoria del 15 de febrero, con sólo 20 días
de tiempo, en todo el mundo con 15 millones de personas en 600 ciudades
en todo el mundo, ha sido la primera movilización mundial de la
historia. La continua e intensiva campaña espontánea que
entonces se dio, durante varios meses, de diseminación de noticias,
informes, análisis interpretativos alternativos, convocatoria a
acciones militantes
fue un fenómeno nuevo, espontáneo,
que nos despertó a todos
Era un primer paso, pero era ya
un experimento que anticipaba de un modo ya muy real las infinitas posibilidades
de la red
Una nueva militancia, ahora «también telemática»,
ha nacido, y viene para quedarse.
Independencia frente a las grandes compañías
No podemos crear otras, ni hacer competencia a la aparatosidad de sus
medios. Pero sí nos es posible crear medios alternativos, más
ágiles y sencillos, pequeños David frente a Goliat. Sin
medios, pero con militancia y voluntariado sin renunciar a la profesionalidad-,
y sobre todo con mucha coordinación, podemos emanciparnos y emancipar
al movimiento popular frente a la dependencia informativa respecto a las
grandes cadenas y agencias. No en todos los campos (información
internacional directa sobre el terreno
) pero sí en los principales
(análisis, economía, ideología, proyectos estratégicos
como el ALCA
). Esta es la primera urgencia de la comunicación
del otro mundo que es posible.
Necesitamos que sea puesta en marcha, de nuevo, una iniciativa como la
inexplicablemente fracasada PULSAR, esta vez de un modo más organizado,
más vinculado intercontinentalmente, y hasta con objetivos más
ambiciosos, involucrando más a las grandes plumas de cada Continente,
e incursionando en otros campos como el de los comentarios temáticos
editoriales
Está por hacer; ¿quién tomará
la iniciativa?
No podemos competir en el sector del entretenimiento, que necesita una
inversión gigantesca
Necesitamos en todo caso de la iniciativa
y creatividad de los militantes en este campo, de los comunicadores y
creadores que ya existen, nuevas vocaciones a este campo por roturar del
«entretenimiento alternativo»
¿Quién escuchará
el llamado?
Reconvertir grandes instituciones de comunicación
La inmensa mayoría de los comunicadores sociales no tenemos contacto
con las organizaciones internacionales y mundiales de comunicación.
Éstas parecen haberse quedado en una cúpula burocrática
y teórica, alejadas de la realidad. Para un comunicador «normal»,
de a pie, resultan casi irrelevantes, encerradas en el Olimpo de sus reuniones
internacionales improductivas. Necesitan que alguien les dé un
revolcón y les imponga una reconversión.
Nueva mística del comunicador
Antiguas y renovadas actitudes constituyen la nueva «mística
para el comunicador de la información» para el otro
mundo posible:
-de ahora en adelante se hace imperativo contar con un tiempo diario de
«militancia comunicacional telemática». Estar media
hora, una hora diaria ante el computador, para leer la información
alternativa, para recibir y compartir con los amigos y compañeros
militantes los informes alternativos
es una práctica que
viene a ser ya parte integrante del compromiso militante.
-¿Con cuántos grupos o personas pertenecientes a mi misma
profesión, o sector, o clase social, o compromiso de militancia,
de otros países y hasta de otros Continentes tengo contacto? Mi
sindicato, organización, grupo juvenil, asociación profesional,
comunidad de fe
¿con cuántas organizaciones semejantes
de otros países o de otros continentes tiene algún tipo
de contacto? Esos contactos, que hasta ahora eran prácticamente
impensables, ahora están al alcance de la mano y a precio casi
imperceptible. Si no tenemos relaciones militantes mun-dializadas
es por falta de imaginación o de esfuerzo.
-«Que hable el pueblo por los medios» (Casaldáliga).
Que la Red se convierta en el «tablón telemático de
anuncios», en el punto de encuentro y en el medio más potente
de expresión de los movimientos populares.
-Ser consciente de la inevitable toma de posición o del «lugar
social» en la correlación de fuerzas económicas y
culturales del mundo actual. No dejarse llevar por la pretendida despolitización
del momento cultural neoliberal actual. No dejarse engañar: no
existe una información y una comunicación meramente objetiva.
Todo es político. O estamos con el sistema o estamos contra él;
o con el imperialismo o por la liberación; o perpetuando el mundo
viejo o construyendo el nuevo; o con la información alienante o
propiciando la comunicación propia del otro mundo posible.
-El comunicador debe entenderse como un «facilitador y animador
del diálogo público en el espacio público»
(Rosa María Alfaro). Es por tanto un facilitador de la toma de
conciencia. Un constructor por tanto- del otro mundo posible o un
obstáculo para su llegada. Un trabajador de la Utopía, que
trata con lo más sagrado que hay en este mundo: la conciencia humana.
-El comunicador debe tener fe en la comunicación. Debe estar convencido
de la importancia de lo simbólico, del sentido, la utopía,
los valores, la información, la interpretación, de la comunicación
y hasta de las potencialidades de las tecnologías de la comunicación
Estamos en el nuevo ciclo de la transformación del mundo por la
vía de la conciencia. Las dimensiones económica y política
son tan necesarias como siempre, pero ahora somos más conscientes
que antes de la necesidad de la lucha por transformación de la
conciencia humana, tanto desde la praxis económica y política
como desde la práctica teórica.
Nueva cultura de la comunicación
Los comunicadores militantes, como servidores públicos que son,
necesitan una «actitud de comunicación permanente»
(también cuando estoy de viaje, todos los días, y hasta
varias veces al día por parte de todos los que trabajan con computador
y acceso fácil a la red). Una «cultura de responsividad»:
responder siempre y pronto, aunque sólo sea para acusar recibo
o para decir que no podré dar respuesta hasta más adelante.
La información completa y pronta siempre facilita y nunca estorba.
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