|
No nos referimos a religiones nuevas, sino a unas «religiones
otras», a las religiones actuales, pero transformadas, convertidas.
«Otras religiones» son posibles, para el «otro mundo
posible»
Las religiones tienen que ver con el esfuerzo humano por buscar la significación
última de la vida, de sus orígenes y de su destino. Las
religiones motivan a los seres humanos hacia el bien para las personas
y las comunidades, inspirándolos hacia lo que les hace felices
y los realiza.
Consenso en los valores centrales
El hinduismo es una búsqueda de lo divino en las relaciones humanas
y terrestres. Las tradiciones hindús tienen una enseñanza
de desprendimiento, liberación de la ignorancia y del engaño,
respeto a la vida, la paz, la no-violencia, meditación, sabiduría
y culto del Dios transcendente y presente en toda la realidad. La tradición
hindú también incluye la posibilidad de una pluralidad de
dioses con diferentes relaciones humanas.
Reflexionando sobre los valores centrales del budismo, podemos ver cuán
cercanos están a las enseñanzas básicas de Jesús.
El mensaje central de Jesús es que Dios es amor y nosotros debemos
amarnos unos a otros. Un amor que debe darse realmente en la vida, en
el servicio a los necesitados y oprimidos. Su enseñanza básica
es no violencia, ternura y genuino amor en las relaciones sexuales, templanza
en el uso del alimento y de la bebida, y desprendimiento de la posesión
de las cosas materiales. Las bienaventuranzas y los mandamientos contienen
un mensaje similar. Ser discípulo de Jesús es un camino
de liberación de la persona y de construcción del Reino
de Dios, en el que todos comparten en la abundancia, en vez de la injusticia
y la explotación de unos por otros. Es de subrayar la gran coincidencia
que se da entre los cinco preceptos básicos del budismo y el mandato
de Jesús de amar a Dios y al prójimo, aunque estén
expresados en un contexto cultural distinto.
El islam es un mensaje de monoteísmo: Dios es uno, misericordioso
y compasivo. El islam enseña sumisión a Alá, oración
diaria, penitencia, ayuno especialmente durante el mes del Ramadán,
compartir en comunidad, con especial preocupación por los necesitados,
la distribución del Zaqat y la peregrinación a La Meca.
El islam enseña la unidad de la Humanidad, unidad en la diversidad,
paz y libertad de conciencia.
Los valores centrales de estas cuatro religiones mundiales son similares
en relación a sus enseñanzas éticas. Todas ellas
abogan por el cuidado amoroso y preocupación por los otros, especialmente
por los necesitados. Las religiones predican amor universal, ternura,
compasión, perdón, verdad, igualdad, justicia, no violencia
y paz. Sus diferencias conciernen a la forma de explicar los temas del
origen y destino tanto del universo como de la vida humana. Ello se debe
a sus presupuestos filosóficos y a las doctrinas que a partir de
ellos evolucionaron, y de la influencia de diferentes grupos de poder.
Las diferencias parecen mayores debido a los distintos lenguajes, culturas,
formas de expresión y categorías mentales. En torno a estas
enseñanzas y a sus fundadores, cada comunidad religiosa ha sido
influenciada por sus autopercepciones y sus propios intereses, reaccionando
a religiones anteriormente existentes. Así, Jesús fue un
reformador del judaísmo de su tiempo.
Las campanas del templo o de la iglesia pueden ser diversas, pueden sonar
a horas diferentes o llamar a sus creyentes a cultos distintos realizados
por sacerdotes diferentes. Pero la sintonía y su música
es la misma: el canto de liberación de lo divino, llamándonos
a la eterna verdad a todos los hijos de Dios.
El hinduismo ha mostrado una gran tolerancia hacia las otras religiones
y ha inspirado la no violencia, como testimonió M. Gandhi. El budismo
es atractivo por su humanismo meditativo, su sentido de igualdad social
y su respeto a la libertad religiosa en el camino de liberación.
El cristianismo ha inspirado mucho servicio social y mucha acción
humana de liberación. El islam ha alimentado la paz, las artes,
la ciencia y la cultura durante muchos siglos.
Aspectos en los que las religiones no pueden concordar
a) Las religiones no pueden estar de acuerdo en lo que enseñan
sobre los orígenes de la vida humana sobre la tierra, o sobre la
vida más allá de la muerte (en la medida en que la haya).
Hay temas en los que cada religión tiene su enseñanza y
su posición propias. Pero los humanos no tenemos evidencias apodícticas
sobre estos temas, que son todavía parte inexplorada del misterio
de la vida. Podemos llegar a algunas evidencias que contesten ciertas
posiciones tomadas por algunas religiones, como por ejemplo, si todos
los humanos descendemos de una misma pareja humana. Algunas teorías
antiguas ya no pueden sostenerse hoy, como la existencia del limbo, afirmada
antiguamente por los cristianos.
b) No pueden estar de acuerdo las religiones respecto a la naturaleza
y las funciones de lo divino, de la suprema realidad transcendente. Puede
ser el caso de las doctrinas llamadas dogmas por los cristianos, para
las que reclaman certeza sobre la base de una divina revelación
recibida o dada por sus fundadores o videntes o líderes. No puede
haber acuerdo sobre la doctrina cristiana de que Dios es Trinidad. La
atribución de conceptos tales como «persona» o «sustancia»
a lo divino sólo es posible dentro de un lenguaje o marco cultural
determinado.
c) No puede haber acuerdo tampoco sobre historias, mitos, símbolos,
estereotipos, prejuicios
que un grupo religioso tiene sobre sí
mismo o sobre los otros. Son la causa de mucha de la falta de entendimiento
entre los miembros de las diferentes religiones. Las culturas cargan esas
diferencias de generación en generación. Hace falta clarificarlas,
para mejorar las relaciones interreligiosas. Los filtros culturales con
frecuencia condicionan el entendimiento de los términos utilizados
por las diversas religiones en ambientes culturales diferentes.
d) Que una religión reclame tener en exclusiva la interpretación
de la vida o de los caminos de salvación o una posición
privilegiada en relación a lo divino es también una fuente
de división y de mutua incompatibilidad entre las religiones.
e) Las formas de culto y los rituales dependen mucho de su lenguajes,
culturas y formas artísticas, y no tienen por qué ser entendidos
por otras religiones.
Necesidad de las religiones
Las personas y las comunidades del mundo moderno necesitan de las religiones
para resolver muchos de los problemas mundiales. Esto se debe en parte
a la naturaleza propia de las religiones, y en parte también a
que las religiones todavía tienen una gran influencia sobre la
vida de los pueblos y sobre los países. El islam y el cristianismo
cubren más de media Humanidad. Las religiones son los más
amplios y más antiguos movimientos populares en el mundo moderno.
Tienen una influencia sobre personas y sobre los poderes, sin paralelo
con otras instituciones de masas. Tienen redes de comunicación
que les hacen ahora incluso más influyentes, con la revolución
de las comunicaciones. Si las religiones incluyeran en sus liturgias y
otras actividades el bien común de la humanidad, tendrían
una influencia decisiva en las comunidades. A la vez que lamentamos los
conflictos religiosos del pasado, debemos reconocer sus inmensas posibilidades
de promover el bien de la Humanidad presente y futura.
Otra relación entre las religiones es posible
1) Cada religión debe hacer un esfuerzo por volver a sus primaria
intuición, a sus valores centrales y enseñanzas básicas.
Esto podría requerir una reforma interna, una autopurificación
y una renovación dentro de cada religión. Internamente,
cada religión debería asumir como criterio de corrección
sus valores centrales. Por ejemplo: toda enseñanza o práctica
que vaya contra el mandamiento del amor fraterno de Jesús, sería
considerada como no cristiana; y algo semejante en las demás religiones.
El criterio externo sería el bien común de la Humanidad,
reconociendo la relatividad de las expresiones filosóficas y culturales
diferenciales, así como de los malentendidos y antagonismos.
2) Cooperando para el bien común de la Humanidad las religiones
podrían desarrollar estudios, reflexiones, meditación, capacitación
para la realización de todos. La meditación en común
podría ser un instrumento poderoso.
3) Las religiones pueden vincularse mutuamente en redes entre ellas y
con otras entidades para la realización de los valores centrales.
4) Las religiones pueden agruparse para defender la causa común
de la Humanidad por medio de principios morales consensuados contra la
tendencia a la desigualdad, la injusticia, el conflicto y la violación
de los derechos humanos.
5) Las religiones, juntas (los líderes, los creyentes, sus instituciones),
deben participar en la construcción de un nuevo orden internacional
de justicia para todos, superación de la violencia, la explotación
de los pueblos, la destrucción de la naturaleza
6) Esto exigiría una actitud responsable de los líderes
religiosos actuales, para ser capaces de participar en este gigantesco
esfuerzo común.
7) Asia podría ser un significativo lugar de aprendizaje en la
consecución de esta actitud nueva de la religión, debido
a su tradición de tolerancia, las lecciones de sus pasados conflictos,
y la evolución del pensamiento y su práctica contemporáneos
en la mayor parte de sus países, que mayoritariamente son pacíficos.
«Lo que actualmente necesitamos es el paso de la religión
a la espiritualidad. La religión divide, la espiritualidad une.
La espiritualidad es el surgimiento de la verdad, el amanecer de la justicia».
Manteniendo cada uno nuestra identidad religiosa, debemos volvernos a
los valores centrales de cada religión y ponerlos en relación
con el amor, la verdad, la justicia y la igualdad en las actuales circunstancias
de la vida. Esto «podría abrir el camino a un estado de solidaridad
espiritual. Nos daría la llave para abrir las puertas de nuestras
respectivas prisiones. Pero depende de nosotros el caminar y forzar esa
nueva solidaridad espiritual que impactaría y transformaría
nuestra sociedad y marcaría la agenda de la construcción
de un mundo nuevo» (Swami Angivesh).
|