Ando Isamu
Japón rompió
hace años a nivel mundial muchos mitos basados en la preeminencia
industrial de países occidentales, especialmente de Europa y EEUU. Con
la presencia de un Japón industrialmente gigante pero con raíces
en la cultura oriental, ya no se puede hacer equivaler
“civilización moderna” con “Occidente”. Aunque
los sistemas industriales y políticos van llegando a unificarse con la
ayuda de la globalización, los métodos de actuar son
básicamente distintos.
Culturalmente y
religiosamente Japón es distinto a los países occidentales con
alto nivel industrial y económico. El alto nivel de cultura y el
interés por los conocimientos nuevos llamaron extraordinariamente la
atención de los primeros occidentales que, como Francisco Xavier,
vinieron a Japón hace más de 450 años.
El nivel de
educación en Japón es muy alto y prácticamente el 50% de
la juventud acaba sus estudios universitarios. A pesar de que la lengua
japonesa es difícil, el número diario de publicaciones de libros,
revistas y periódicos se calcula en varios millones. Las traducciones al
japonés de publicaciones extranjeras proliferan, y revistas japonesas
muy populares de comics aparecen semanalmente al mismo tiempo en los estantes
de las librerías de Tailandia, ya traducidas a la lengua tailandesa. Tal
vez una de las características del estilo literario japonés, si
es que se puede llamar así, sea que es factual más que
teorético, y con altas dosis de sentimientos o "feelings".
Japón, desde
antiguo, ha tratado de conocer lo mejor de otros países y lo ha
asimilado, pero lo hace suyo dándole una apariencia totalmente japonesa.
Voy a concentrarme en 2
aspectos importantes del Japón actual: uno será la realidad
religiosa y el otro la dimensión económica-industrial que permea
toda la sociedad japonesa. Desarrollaré estos elementos a partir de tres
puntos de vista: la sociedad japonesa como tal, sus profundas ramificaciones
internacionales y mundiales, y finalmente las organizaciones cívicas
(ONGs) en su trabajo de solidaridad con los que sufren.
Religiosamente
hablando, Japón es sintoísta y budista al mismo tiempo, como
se puede deducir de las tablas estadísticas. El sintoísmo es una
religión natural que solamente se encuentra en Japón desde muy
antiguo. Se caracteriza por su respeto a los antepasados, al emperador y a la
naturaleza. La tradición y cultura japonesas están profundamente
imbuidas de esta influencia sintoísta. Los festivales populares, la
celebración de bodas, los rituales en la construcción de
edificios, las fiestas de año nuevo, la nostalgia por la naturaleza,
etc., indican lo profundo de la influencia sintoísta. Los
estadounidenses, victoriosos de la Segunda Guerra mundial, prohibieron el
sintoísmo nacionalista en Japón, aunque en realidad sigue en pie.
El japonés
ordinario no siente contradicción en aceptar otra religión, como
el budismo. El budismo entró en Japón a partir del siglo VII, A.D.,
por China y Corea, y se ha identificado con la tradición
cultural-religiosa japonesa. Los templos budistas y los "shrines"
sintoístas abundan por todo el país. El japonés ordinario
celebra sus bodas en rito sintoísta y el funeral con rito budista. Un
gran número de expresiones ordinarias en la lengua japonesa tienen
origen budista. El mismo refrenar los sentimientos de dolor en ocasiones
dramáticas de muerte, accidentes, etc., refleja la actitud serena e
inmutable de Buda.
Hay una cantidad
innumerable de religiones en Japón y según especialistas
solamente en la segunda mitad del siglo pasado se fundaron mas de 2.000
pequeñas sectas religiosas. Según las últimas
estadísticas la población religiosa de Japón es de
más de 215 millones, casi el doble de la población... El
cristianismo cuenta solamente con un 0’8% del total de la
población.
Japón,
país eminentemente industrial. Le “Restauración de
Meiji” en la segunda parte del siglo XIX abrió de par en par las
puertas a la renovación industrial y moderna del país.
Japón, un país dividido y aislado, que nunca había sido
dominado por fuerzas extranjeras, optó por la tecnología
occidental. Muchos jóvenes japoneses fueron enviados a estudiar en USA,
Inglaterra, Alemania… a la vez que técnicos y científicos
extranjeros fueron generosamente aceptados para enseñar y trabajar en
Japón. La expresión clave que muestra el modelo japonés de
modernización es "espíritu japonés y aprendizaje
occidental" (Wakonyoosai).
La derrota de
Japón en la segunda guerra mundial abrió una nueva página
definitiva en la historia del país. Japón optó por una
Constitución pacífica y renunció a todo derecho de
declarar guerra. El nuevo sistema político orientó las fuerzas de
la población hacia un desarrollo económico rápido, basado
en las exportaciones de productos japoneses y en el empleo total de la
población. Se eligió el camino pragmático, evitando toda
ideología. A la vez que se reconoció el derecho de asociación,
los planes económicos del gobierno fueron continuamente revisados por
numerosos comités con participación de especialistas,
tecnócratas, hombres de negocios, obreros, etc.
Los principales
factores que promovieron el desarrollo industrial fueron en gran parte
internos, como una seria dedicación a la educación, gracias sobre
todo a las instituciones privadas. Actualmente, por ejemplo, el 80% de la
educación universitaria es privada. La población aceptó
con gran disciplina los sacrificios de salarios bajos, malas condiciones de
trabajo, viviendas estrechas… contenta de poder trabajar y cooperar a un
desarrollo rápido del país.
Por otro lado, un
gran número de factores externos impulsaron el desarrollo industrial.
Entre ellos fueron definitivos la ayuda financiera internacional, y el hecho de
que Japón no tuviera rivales económicos en Asia para sus
exportaciones. Su sistema político estable, la paz y democracia y las
inversiones de capital industrial promovieron su desarrollo económico.
Pero no se puede negar que uno de los factores decisivos en la restauración
industrial de Japón y su reconocimiento internacional ha sido la
política estadounidense hacia Japón. A pesar de opiniones
contradictorias, no hay duda de que el Pacto Mutuo de defensa entre
Japón y USA, y el reconocimiento por parte de Japón de un gran
número de bases militares estadounidenses constituyen el fundamento del
Japón industrial actual.
Hoy día a
Japón se le reconoce como una de las mayores potencias industriales, al
lado de la Comunidad Europea y EEUU. La imagen internacional de Japón no
es militar, pero su presencia es claramente conspicua en el comercio
internacional y en las organizaciones internacionales financieras. Como miembro
activo del G7 su posición oficial es ir al unísono con los
países industriales, de manera especial con EEUU. Por más de 7
años Japón sigue en cabeza en proveer cooperación
financiera a países en vías de desarrollo, pregonando que su
ayuda tiene como objetivo la lucha contra la pobreza; en realidad esa ayuda va
preparando el terreno a negocios de compañías japonesas.
La euforia
económica acabó ya al comienzo de los años 90. Vino
después la recesión de la que Japón no puede aún
verse libre. La nación está pasando en la actualidad por sistemas
drásticos de re-estructuración económica con resultados
adversos para obreros y empleados, y la bancarrota de miles de negocios. El
desempleo ha subido, aunque se mantiene por debajo del 5%, el sistema de
contrato de trabajo tradicional ha empeorado, y el alto numero de los
“sin casa” en las grandes ciudades se ha hecho patente.
Todos estos
fenómenos han transformado la actitud del japonés que se ha hecho
más materialista y egoísta. Existe una visión más
internacional, pues más de 16 millones de turistas japoneses, cada
año, ruedan por el mundo y son cientos de miles los extranjeros que
procedentes de países asiáticos y latinoamericanos, y aun de
África, se arriesgan a trabajar en Japón sin la
documentación adecuada. Los productos del tercer mundo siguen inundando
el comercio japonés.
La
globalización y la revolución en los sistemas de
comunicación, simbolizadas por internet y los teléfonos
móviles, han sido oficialmente aceptados como el mejor camino previsible
para continuar el desarrollo económico en el siglo presente.
Los políticos
continúan apareciendo en primera plana en los medios de
comunicación, pero la razón son los escándalos y la
corrupción en negocios. Japón sufre de falta de liderazgo en
todos los campos, patente sobretodo con los políticos. Gran parte de la
población se ha desinteresado de la política y de los problemas
sociales. Esto ha traído como resultado que la juventud, totalmente
desorientada, sea apática y egoísta. Las relaciones sexuales han
empeorado y el gran aumento de divorcios muestra cambios drásticos en la
actitud respecto del matrimonio.
Datos
esperanzadores y optimistas
A pesar de que una
percepción del japonés actual como materialista y egoísta
tiene sus bases objetivas, se dan fenómenos interesantes que prueban lo
contrario. El terremoto terrible en la región de Hanshin que mató
a más de 6.000 personas, hace 6 años, y destruyó una gran
parte de la ciudad de Kobe, atrajo el interés de más de 100.000
voluntarios, en su mayoría jóvenes, que acudieron en masa de
todos los rincones de la nación para prestar sus servicios.
Intelectuales japoneses de influencia, analizando la actual situación de
Japón, opinan que el sector más sano de la población que
ofrece datos optimistas para el futuro del país son las ONGs u
organizaciones de ciudadanos.
Japón, una
máquina formidablemente organizada donde las personas tienden a
desaparecer como individuos, tiene muchos problemas de discriminación e
injusticias, de violencia y corrupción, de destrucción
ecológica. Pero durante estos últimos 10 años han
aparecido miles de organizaciones de ciudadanos que actúan libremente
para hacer una sociedad más humana. Se trata de organizaciones
pequeñas sin apenas fuerza financiera, que se dedican a trabajar con los
más débiles. Su campo de acción es vasto. Son grupos
apolíticos por opción y reacios a cualquier religión.
Escogen programas alternativos y de hecho presentan desafíos a
religiones que como el cristianismo hablan de opción por los pobres. En
estos últimos años van creciendo las redes de ONGs y sus
actividades políticas sin afiliación a partidos.
Un número
significante de ONGs japonesas trabaja en países del tercer mundo, sobre
todo asiáticos. Se trata de organizaciones pequeñas en su
mayoría; su trabajo es eminentemente la erradicación de la
pobreza, con todo tipo de proyectos, especialmente en zonas rurales y en los
suburbios de las grandes ciudades. Su financiación proviene en gran
parte del ciudadano japonés ordinario. Esta es la otra cara de
Japón que desaparece ante su gran imagen oficial.
[Ando Isamu, SJ,
Director, Jesuit Social Center (Tokyo)]
1. ¿Hay
conciencia en Japón de la necesidad de un cambio en el mundo en favor de
la igualdad, de la superación del neoliberalismo, de la solidaridad para
la transformación social?
a) Necesidad de un
mundo más igual. Nuestra experiencia es que la democracia vivida es el
mejor sistema social existente que produce y asegura la igualdad. Cuando uno
habla de Japón ha de considerar 3 facetas distintas: los
políticos y el gobierno, las empresas y hombres de negocios y el
ciudadano ordinario o las ONGs. Al nivel del ciudadano la lucha y defensa de la
igualdad son prioridades sociales prevalentes tanto dentro de Japón como
en la esfera internacional. El sistema democrático fue introducido en
Japón después de la II Guerra Mundial y ha echado tales
raíces que no es previsible un cambio político
antidemocrático. Por otro lado, los partidos políticos y las
empresas conservan aún sistemas tradicionales jerárquicos que
fomentan conformismo y sumisión, lealtad a superiores y
discriminación, por ejemplo contra la mujer, contra los extranjeros,
etc., usando medios sutiles.
A nivel internacional,
Japón en teoría promueve la democracia y la igualdad, asiste
financialmente proyectos que tratan de dar soluciones a la pobreza existente en
muchos países industrialmente débiles. Sin embargo por otro lado,
no critica públicamente situaciones que violan derechos humanos y
coopera con regímenes opresores. La sociedad japonesa se desarrolla en
medio de contradicciones. Por supuesto que grupos de ciudadanos (ONGs)
actúan en desacuerdo con tales posiciones oficiales. Es necesario
reconocer que el país está rodeado por sistemas políticos
muy rígidos que potencialmente pueden explotar en cualquier momento,
como son Corea Norte y Sur, China continental y Taiwan.
b) Japón esta
en el centro de lo que se llama "power game" internacional y debido a
sus relaciones estrechas con EEUU y ser miembro del Club de los países
industriales G7 ha elegido como prioridad política la
globalización y la liberalización de productos, de capital y tecnología.
El liberalismo, como ideología, no hace hincapié en Japón.
La postura es totalmente pragmática y el país es uno de los
motores principales que impulsan la globalización mundial. Japón
está convencido de que ésta es una política que trae
ventajas económicas a la nación. La modernización
industrial del país asegura que Japón conoce como hacer suyo lo
que viene de fuera sin destruir su rica cultura.
c) La solidaridad
para producir transformaciones sociales es un hecho cierto. Sin embargo hace
falta distinguir varios niveles. A nivel político del gobierno y de
empresas se hacen esfuerzos para solidificar las relaciones con EEUU y los
países industriales, especialmente del Grupo G7. Se buscan medios para
cimentar las relaciones con la Unión Europea un tanto dejadas a un lado
hasta ahora. Japón es el segundo país que más contribuye
financieramente a la ONU, y continua haciendo esfuerzos para su re-estructuración.
La búsqueda de una paz duradera y un mundo sin armas nucleares,
objetivos de la Constitución japonesa, tal vez sus contribuciones
características.
El japonés
ordinario y la mayoría de los grupos cívicos (ONGs) abrazan
además otras perspectivas. Sus actividades se extienden a toda clase de
problemas existentes, de tipo de paz, ecología, derechos humanos,
discriminación social, etc…y se ha llegado a formar muchas redes
para acoger a más adeptos y reforzar sus actividades,
enfrentándose con las posiciones oficiales del sistema. Siguiendo esta
misma línea ha habido últimamente cambios básicos en la
política tradicional. En las elecciones para gobernador de la Provincia
de Nagano, hace pocos meses, y en Chiba hace dos días, redes de NGOs y
ciudadanos sin ninguna afiliación política eligieron por
votación sus candidatos, un famoso escritor y una mujer ama de casa,
venciendo a los candidatos de los partidos en el poder y de los de la
oposición.
Por otro lado el
número de organizaciones cívicas que actúan en
países menos desarrollados industrialmente sigue en aumento. Sus
actividades se concentran en la erradicación de la pobreza, con
esfuerzos continuos por pequeños programas de self- support a nivel de
relaciones igualitarias. También en este campo se han establecido muchas
redes a nivel mundial con la participación activa de países no
industriales.
2. Aspectos de la
cultura japonesa que ofrecen aportaciones positivas.
a) La
estructuración socio-cultural de la nación está basada en
la concepción familiar. Ésta se ha extendido a la organización interna de la
empresa. La lealtad a la empresa ha sido tradicionalmente uno de los valores
supremos en las relaciones laborales, lo que ha beneficiado a la nación.
Es interesante notar que la expresión japonesa por nación es
"país-casa" (Kokka). Este aspecto cultural esencial de lealtad
exige sumisión y respeto ante los superiores. En el roce con otras
culturas, sobretodo occidentales, estos valores culturales van disminuyendo.
b) La armonía
externa es otra
característica cultural japonesa. Se trata de evitar enfrentamientos
directos y se buscan medios de reconciliación. Las reuniones a todos los
niveles son muy frecuentes con el fin de aceptar una opinión
común. Las personas responsables o los líderes usan mucho lo que
llamamos en japonés "nemawashi", poniéndose en contacto
con personas que pueden tener influencia u opinión distinta, para que se
dé la impresión de que, a fin de cuentas, todos tienen la misma
opinión.
c) Las relaciones
personales se explotan al
máximo, por encima de teorías o ideologías. Se evita
siempre poner en ridículo a otras personas en público. Las
experiencias que presentan las realidades tales como son se valoran mucho, aun
por encima de teorías muy refinadas.
d) Se busca siempre
lo mejor en otros sistemas,
incluidas las religiones, y se busca las maneras de aceptar lo mejor pero sin
compromisos totales. Su asimilación se produce dentro de la identidad
japonesa. Si se piensa en que es ideología japonesa, se puede decir que
la 'cultura japonesa' es esa ideología. Algo así como el que
"somos diferentes". Por supuesto que esto es una espada con dos
filos.
3. Que puede
ofrecer Japón culturalmente?
En medio de una
sociedad internacional muy dividida, que se mueve a la vez hacia tipos de
solidaridad más sólidos, pero con prevalencia de una influencia
fuerte de potencias industriales con opciones comunes por lo económico,
Japón ofrece alternativas.
Japón desea
sinceramente la paz entre todas las naciones. Una paz que no está basada
en ser potencia militar y que desecha todo armamento nuclear. Las soluciones a
los problemas reales hay que buscarlas en diálogo que respeta al
adversario. Todos los sistemas tienen sus partes convincentes y todas las
culturas deben ser respetadas. Aun en situaciones abiertamente conflictivas hay
que tratar de buscar soluciones pragmáticas de compromiso.
Lo sobrenatural, no
exactamente espiritual en el sentido cristiano, se tiene en gran estima. El
respeto y atracción por la Naturaleza, en su sentido más amplio,
tiene un significado semi-religioso y mítico. Esto choca y está
en contradicción con la explotación de bosques, etc., que las
grandes empresas japonesas hacen por todo el mundo.
El desarrollo
económico autosostenido y que usa al máximo todas las
energías naturales y humanas existentes, con un alto nivel de
educación es el camino seguro para la modernización de un
país. La educación técnica de la población, que
insiste a la vez en promover responsabilidades sociales y que es capaz de crear
una identidad nacionalista sana que la haga orgullosa de su cultura, es un
factor esencial en el desarrollo de los pueblos.
[Ando Isamu, SJ,
Director, Jesuit Social Center (Tokyo)]
J A P O N
Datos
estadísticos generales
* Población: La población total de
Japón es de 126’7 millones de personas (1999). Las personas de 65
años o más llegaron a sobrepasar a la población infantil
entre 0-14 años, en el año 1997, por primera vez en la historia
de Japón.
La actual estructura de la población según la
edad es: 14’8% de 0 a 14 años; 68’5% de 15 a 64 años
y 16’7% de 65 años y más.
Política: Todos los ciudadanos japoneses
desde los 20 años tienen derecho de voto en las elecciones. La Dieta es
el sistema político supremo, que consiste en Casa de Consejeros
(Cámara Alta) y Casa de Representantes (Cámara Baja). En la
actualidad las personas que votan en las elecciones no llegan al 60% de la
población. Actualmente el gobierno está formado por el partido
liberal democrático en coalición con otros dos partidos
políticos pequeños. En la oposición hay varios partidos:
partido democrático -el mayor de la oposición-, el partido
liberal, el partido comunista japonés y el partido social
democrático.
Emperador: Japón tradicionalmente
continúa con el sistema imperial de acuerdo con la Constitución
promulgada el 3 de noviembre de 1946. El primer capítulo de la
Constitución es sobre el Emperador: “El Emperador será el
símbolo del Estado y de la unidad del Pueblo, tomando su posición
de la voluntad del pueblo, en quien reside el poder soberano”.
Contribución a la ONU. La contribución
de Japón al presupuesto ordinario de las Naciones Unidas es de 10.8%
desde el año de 1986. Japón es el segundo mayor contribuidor
financiero después de USA.
El ingreso per cápita japonés (1996) es 3.228.000
yenes, alrededor de los US$ 28.470
Población activa. Japón tiene una
población activa de 67.790.000. En 1999 había 64.620.000 personas
empleadas. Alrededor de 4.7% en desempleo. El sistema de salario en
Japón es aún el tradicional, por senioridad, en muchas
compañías. El salario a la hora en el trabajo de manufactura es
de 2.208 yenes.
Sindicatos obreras. Actualmente hay 3 grandes
coaliciones obreras: 1) Japanese Trade Union Confederation 2) National
Confederation of Trade Unions y 3) National Trade Union Council. El total de
miembros asociados fue 12.285.000 (1997). Esto supone el 22.6% de la
población empleada.
Comercio internacional. En 1998 los países
industriales (EU 40,4%, USA 12,8%, Japón 7,3% y demás países
industriales 7.0%) monopolizaron el comercio internacional de exportaciones en
un 67,5%. Los países clientes de las exportaciones japonesas en 1999,
fueron USA (32,4%), países asiáticos (39,8%), EU (19,3%),
países de América Central y Sur (4,7%)… Los principales
productos exportados fueron, maquinaria, automóviles, barcos, etc. Las
importaciones principales fueron productos químicos, crudos petroleros,
productos alimenticios, textiles, etc.
Cooperación económica. Japón
sigue siendo el mayor proveedor de ODA, aunque la proporción con el GNP
de Japón es muy baja (de los 21 países que proporcionan ODA,
Japón es el décimo noveno).
Agricultura. El porcentaje de población
agrícola es 4,8%. En 1960 era 26,8%. A pesar de que el 70% del
país son bosques el número de trabajadores forestales ha bajado
drásticamente a menos de 90.000.
Productos pesqueros. Japón fue por muchos
años el país pesquero número 1, hasta que en 1989 fue
sobrepasado por China, Perú y Chile. En la actualidad Japón es el
mayor importador de productos marinos (32% de los importes marinos mundiales).
Por otro lado la población pesquera ha quedado muy reducida y senil.
Industria. A partir de los años 50
Japón presentó un alto desarrollo industrial principalmente a
través de la costa del Pacífico, en las regiones de Keihin,
Chukyo, Hanshin y Kita-Kyushu, conocidas con el nombre de "Cinturón
Pacífico". Durante unos 15 años, hasta 1994, Japón
fue el mayor productor de automóviles, uno de los símbolos
industriales. En la actualidad produce el 20,2% de todos los del mundo y
exporta unos 4.600.000.
Energía. Las fuentes principales de
energía son petróleo 55,2%, carbón 16,4%, gas natural LNG
11,4%, energía nuclear 12,3%, etc. Por otro lado, como la
producción doméstica de energía primaria es solamente 18,2%
del total, Japón tiene que importar 79,8% del resto de energía.
El Medio-Este es la región más importante de la
importación de petróleo crudo (82,7%). Alrededor del 21% de la
capacidad eléctrica es producida por las 52 plantas nucleares
existentes.
Consumismo. El japonés ordinario gasta un
23,6% de sus ingresos en comida, un 11,9% en transporte, 10,3% en actividades
culturales y recreo, 6,8% en el acomodamiento del hogar, 4,6% en electricidad,
agua, etc., 5,3% en vestido, 10,3% en educación, etc. El 13,8% de los
ingresos se destinan al ahorro.
Salud. Las mayores enfermedades son
hipertensión, desórdenes mentales, enfermedades del cerebro,
cáncer, enfermedades del corazón, diabetes, etc. La razón
principal de muerte es cáncer, enfermedades del corazón, del
cerebro, neumonía, accidentes y suicidios.
Educación. El sistema de educación es
el jardín de infancia (de 3 a 6 años), Elementary School (de 6 a
12), Junior high school (de 12 a 15), Senior high school (de 15 a 18),
University (de 18 a 22) or Junior college, and Graduate school. La
educación obligatoria es de 6 a 15 años. Hay 586 universidades
(431 privadas), 595 Junior colleges (504 privados), 5.496 Senior high schools
(1.315 privados), 11.257 Junior high schools (661 privados), 24.376 Elementary
schools (171 privados) y 14.690 jardines de infancia (8.556 privados).
Prácticamente, más del 95% de los alumnos pasan a la Universidad
y el 50% acaban sus estudios.
Religión. Según las últimas
estadísticas oficiales, el 49,4% de los japoneses (106.151.937) son sintoístas,
el 44,7% budistas (96.130.255), el 5,1% (11.019.359) pertenecen a diversas
religiones y 1.761.907 (el 0,8%) se declaran cristianos. Aunque la
población de Japón es alrededor de los 126 millones, la
“población religiosa” suma 215.063.458: lo que demuestra que
la mayoría de los Japoneses tienen varias religiones.
Publicaciones. En 1997 se publicaron en Japón más de 65.438 títulos con una tirada de 454.620.000 libros. El número de revistas semanales y mensuales pasa de los 5.100 millones de ejemplares (1997). Los periódicos de mayor tirada nacional son Asahi Shimbun (8.321.000 en la edición de mañana y 4.255.000 de tarde); Yomiuri Shimbun (10.198.000 por la mañana y 4.337.000 por la tarde); Mainichi Shimbun (3.954.000 por la mañana y 1.872.000 por la tarde); Nihon Keizai Shimbun (2.992.000 por la mañana y 1.657.000 por la tarde); Sankei Shimbun (1.941.000 por la mañana y 932.000 por la tarde).