Foro Social Mundial de Porto Alegre 2001

LLAMADO A LA MOVILIZACION

 

 

Fuerzas sociales procedentes de todo el mundo, nos hemos reunido aquí en el Foro Social Mundial de Porto Alegre. Sindicatos y ONGs, movimientos y organizaciones, intelectuales y artistas, construimos juntos una gran alianza para crear una nueva sociedad, distinta a la lógica actual que coloca al mercado y al dinero como la única medida de valor. Davos representa la concentración de la riqueza, la globalización de la pobreza y la destrucción de nuestra planeta. Porto Alegre representa la lucha y la esperanza de un nuevo mundo posible, donde el ser humano y la naturaleza son el centro de nuestras preocupaciones.

Formamos parte de un movimiento en crecimiento a partir de Seattle. Desafiamos a las élites y sus procesos anti-democráticos, representados en el Foro Económico de Davos. Venimos a compartir nuestras luchas, intercambiar experiencias, fortalecer nuestra solidaridad y manifestar nuestro rechazo absoluto a las políticas neoliberales de la presente globalización.

Somos mujeres y hombres: campesinas y campesinos, trabajadoras y trabajadores, profesionales, estudiantes, desempleadas y desempleados, pueblos indígenas y negros, provenientes del Sur y del Norte, comprometidos a luchar por los derechos de los pueblos, la libertad, la seguridad, el empleo y la educación. Estamos en contra de la hegemonía del capital, la destrucción de nuestras culturas, la monopolización del conocimiento, los medios masivos y de comunicación, la degradación de la naturaleza y el deterioro de la calidad de vida por las corporaciones transnacionales y las políticas anti-democráticas. La experiencia de la democracia participativa, como en Porto Alegre, demuestra que alternativas concretas son posibles.

Reafirmamos la supremacía de los derechos humanos, ecológicos y sociales sobre las exigencias de los capitales y de los inversionistas.

Al mismo tiempo que fortalecemos nuestro movimiento, resistimos a la élite global, con el fin de mejorar la equidad, la justicia social, la democracia y la seguridad para todos, sin distinción alguna. Nuestros métodos y alternativas constituyen un fuerte contraste con las políticas destructivas del neoliberalismo.

La globalización refuerza un sistema sexista, excluyente y patriarcal. Incrementa la feminización de la pobreza y exacerba todas las formas de violencia contra las mujeres. La igualdad entre hombres y mujeres es una dimensión central de nuestra lucha. Sin esta igualdad, otro mundo jamás será posible.

La globalización neoliberal desata el racismo, dando seguimiento al verdadero genocidio de siglos de esclavitud y colonialismo, que destruyeron las bases civilizatorias de las poblaciones negras de África. Llamamos a todos los movimientos a solidarizarse con el pueblo africano dentro y fuera del continente, en la defensa de sus derechos a la tierra, la ciudadanía, la libertad, la igualdad y la paz, mediante el rescate de la deuda histórica y social. El tráfico de esclavos y la esclavitud son crímenes contra la humanidad.

Expresamos especialmente nuestro reconocimiento y solidaridad con los pueblos indígenas en su histórica lucha contra el genocidio y el etnocidio y en defensa de sus derechos, recursos naturales, cultura, autonomía, tierra y territorio.

 

La globalización neoliberal destruye el medio ambiente, la salud y las condiciones de vida del pueblo. La atmósfera, el agua, la tierra y también los seres humanos son transformados en mercancías. La vida y la salud deben ser reconocidos como derechos fundamentales y las decisiones económicas deben estar sometidas a ese principio.

La Deuda Externa de los países del Sur ha sido pagada varias veces. Injusta, ilegítima y fraudulenta, funciona como instrumento de dominación, privando a los pueblos de sus derechos fundamentales con el único fin de aumentar la usura internacional. Exigimos su anulación incondicional y la reparación de las deudas históricas, sociales y ecológicas, como pasos inmediatos hacia una solución definitiva de las crisis que la Deuda Externa provoca.

Los mercados financieros extraen los recursos y la riqueza de los pueblos y sujetan las economías nacionales a los vaivenes de los especuladores. Reclamamos el cierre de los paraísos fiscales y la introducción de impuestos sobre transacciones financieras.

Las privatizaciones transfieren los bienes públicos y los recursos hacia las transnacionales. Nos oponemos a toda forma de privatización de recursos naturales y bienes públicos. Hacemos un llamado de proteger el acceso a los mismos para proporcionar una vida digna para todas y todos.

Las compañías multinacionales organizan la producción mundial con un desempleo masivo, bajos salarios y trabajo no calificado, y se niegan a reconocer los derechos fundamentales de los trabajadores, tal como son definidos por la OIT. Reclamamos el reconocimiento genuino de los derechos de los sindicatos para organizarse y negociar, y para alcanzar nuevos derechos para los y las trabajadores. Mientras bienes y capital pueden cruzar libremente las fronteras, las restricciones sobre el movimiento del pueblo exacerban la explotación y represión. Exigimos el fin de tales restricciones.

Demandamos un sistema de comercio justo que garantice empleo pleno, soberanía alimentaria, términos de intercambio equitativos y prosperidad local. El libre comercio no es tan libre. Las reglas del comercio global provocan la acumulación acelerada de riqueza y poder a las corporaciones transnacionales, a la vez que generan mayor marginalización y empobrecimiento de campesinas y campesinos, trabajadoras y trabajadores y empresas locales. Reclamamos a los gobiernos que respeten sus obligaciones según los instrumentos internacionales sobre derechos humanos y los acuerdos ambientales multilaterales. Convocamos a apoyar las movilizaciones en contra de la creación del Area de Libre Comercio de las Américas, una iniciativa que significa la reconquista de la región y la destrucción de los derechos humanos fundamentales sociales, económicos, culturales y ambientales.

El FMI, el Banco Mundial y los bancos regionales, la OMC, la OTAN y otras alianzas militares son algunas de los agentes multilaterales de la globalización transnacional. Exigimos el cese de su interferencia en las políticas nacionales. Estas instituciones no tienen legitimidad ante los ojos del pueblo y vamos a continuar con protestas en contra de sus medidas.

La globalización neoliberal ha provocado la concentración de la tierra y promovido una agricultura transnacionalizada, destructiva en lo social y ambiental. Se basa en producción para la exportación que necesita de grandes plantaciones y de construcción de represas, lo que trae aparejada la expulsión de la gente de su tierra y la destrucción de sus medios de vida, que deben ser restituidos. Demandamos una Reforma Agraria democrática con usufructo por parte del campesinado de la tierra, del agua y de las semillas. Promovemos procesos agrícolas sustentables. Las semillas y el material genético son patrimonio de la humanidad. Exigimos la abolición del uso de transgénicos y patentes sobre la vida.

El militarismo y la globalización en manos de corporaciones transnacionales se refuerzan para socavar la democracia y la paz. Nos negamos totalmente a aceptar la guerra como camino para resolver los conflictos. Estamos contra el armamentismo y el comercio de armas. Exigimos el fin de la represión y la criminalización de la protesta social. Condenamos la intervención militar extranjera en los asuntos internos de nuestros países. Exigimos el levantamiento de los embargos y sanciones que son utilizados como instrumentos de agresión y expresamos nuestra solidaridad con quienes sufren sus consecuencias. Rechazamos la intervención militar estadounidense a través del Plan Colombia en América Latina.

Llamamos a reforzar nuestra alianza frente a estos temas principales e implementar acciones en común. Vamos a seguir movilizándonos alrededor de ellas hasta el próximo Foro. Reconocemos que contamos ahora con una mejor posición para emprender una lucha en favor de un mundo distinto, sin miseria, hambre, discriminación ni violencia; en favor de una mejor calidad de vida, con equidad, respeto y paz.

 

Estas propuestas formuladas forman parte de las alternativas elaboradas por los movimientos sociales de todo el mundo. Se basan en el principio que los seres humanos y la vida no son mercancías. Asimismo, en el compromiso con el bienestar y los derechos humanos de todas y todos.

 

Nuestra participación en el Foro Social Mundial ha enriquecido la comprensión de cada una de nuestras luchas y hemos salido fortalecidos.

Llamamos a todos los pueblos del mundo a unirse a esta lucha por construir un futuro mejor. El Foro Social Mundial de Porto Alegre es un camino hacia la soberanía de los pueblos y un mundo justo. * (SN 3028/01).

 

Firman 188 organizaciones de todo el mundo.